Lo que llamamos router cumple dos funciones: es un módem que procesa la señal de entrada para poder descifrarla y garantizar la conexión y una vez realizada esta tarea, la reparte entre los dispositivos conectados y gestiona las peticiones de estos a través de su parte de router.

El modo bridge lo que hace es anular este último apartado, de forma que el aparato que tenemos en casa se comporta como un módem puro y duro, sin disponer de funcionalidad de router.

La cual pasará a ser suplida por otro dispositivo, un router que conectaremos al que teníamos hasta ahora, que realizará la función de módem.

  • Esto nos permite aprovechar un router ADSL potente que nos hayamos comprado, en una conexión de fibra, ya que podemos configurar el router de fibra en modo bridge.

  • Conectar el viejo router a través de su puerto WAN al router de fibra que ahora está operando solo como módem.

De esta forma, las redes Wi-Fi y las funcionalidades añadidas como la compartición de dispositivos mediante un puerto USB en el nuevo router, podrán ser aprovechadas.

¿De qué puede servirnos?

Puede ser que el router que te proporciona la operadora no incluya red Wi-Fi en las dos bandas convencionales (2,4 y 5 GHz), sino solo en una de ellas, y que no disponga de un puerto USB para compartir un dispositivo que necesites.

Como un disco para almacenamiento en red, o una impresora, funcionalidades que sí podías encontrar en tu antiguo router o en el nuevo que has comprado, pero que no te atreves a configurar con todos los parámetros de tu operadora.

La única molestia que proporciona este sistema es el tener dos dispositivos lado a lado: el router de la operadora trabajando solamente como módem, y el nuevo router.

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